Mantiene todavía el aire lúgubre de antiguo cabaret de los años 30. Ciertas reminiscencias de lo prohibido se esconden en sus cortinas y terciopelos rojos. Sus dos plantas, su ambiente de secretismo -que le confiere un cierto aire de clandestinidad-, la profesionalidad de su equipo y, ahora, una exhaustiva reforma con la que sus propietarios han logrado mejorar aún más la calidad de sus instalaciones, lo sitúan al nivel de los mejores locales de Europa. En su interior convergen todo tipo de personajes de la noche, desde el ejecutivo encorbatado a la mujer fatal. Ofrecen diferentes ambientes a lo largo de la semana. De martes a jueves funciona como cabaret-espectáculo, mientras que los fines de semana generalmente lo hace como local de copas.