Crítica:
Las estrellas son mujeres
- Autor:
Luis Cepeda
- Fecha: 05/12/2014
Se trata del primer restaurante de Madrid distinguido con dos estrellas Michelin que tiene a una mujer como chef de cocina.
Acreditemos el mérito también a Luisa Orlando. La directora del Allard acertó al confiar a María Marte la sustitución de Diego Guerrero cuando, casi de improviso, dejó la casa. Ha vivificado además las sensaciones escénicas del comedor, de por sí señoriales, aunque algo opacas antes y tan espectaculares como luminosas ahora. A lo que la chef añade frescura y amenidad; sensualidad y rito. La tarjeta de visita que te recibe en la mesa es comestible y se unta en mahonesa de aceite de maní, una especie de comunión inicial con guiño caribeño. Revela sensibilidad y estilo nuevo –por más que valore la doctrina del chef anterior– en la síntesis de su sopa de cebolla; técnica impecable en el ravioli de guisante relleno de papada ibérica; sabores bien asentados en las verdinas con oricios y aire cítrico; audacia en la sardina ahumada con manzana, orégano y apio-nabo; carnosidad y punto en el bogavante sobre guacamole de mango y emboque seductor en el arroz verde de mar, un trampantojo concebido con granos de calamar. Son las sucesivas dosis previas a platos en plenitud, como la ventresca de lubina con chutney de ruibarbo y hoja de ostra o el pichón de Bresse con setas de ahora, un prodigio de producto y tacto culinario que evidencia oficio.
Y además
Apuntes destacados
Como Bien cultural y Club social, el edificio no tiene identificación de restaurante.
Con vistas a cocina, una mesa privilegiada: la pecera.
María es Dominicana. Llegó en 2003 al office y ejerce de chef de cocina desde 2011.
Solo hay otra candidata a 3 estrellas Michelin: Fina Puigdevall, en Olot (Girona).
Juan Antonio Herrero, premio Wine Spectator, un sumiller solvente y propicio.
- Autor: Luis Cepeda
- Fecha: 05/12/2014
Se trata del primer restaurante de Madrid distinguido con dos estrellas Michelin que tiene a una mujer como chef de cocina.

Acreditemos el mérito también a Luisa Orlando. La directora del Allard acertó al confiar a María Marte la sustitución de Diego Guerrero cuando, casi de improviso, dejó la casa. Ha vivificado además las sensaciones escénicas del comedor, de por sí señoriales, aunque algo opacas antes y tan espectaculares como luminosas ahora. A lo que la chef añade frescura y amenidad; sensualidad y rito. La tarjeta de visita que te recibe en la mesa es comestible y se unta en mahonesa de aceite de maní, una especie de comunión inicial con guiño caribeño. Revela sensibilidad y estilo nuevo –por más que valore la doctrina del chef anterior– en la síntesis de su sopa de cebolla; técnica impecable en el ravioli de guisante relleno de papada ibérica; sabores bien asentados en las verdinas con oricios y aire cítrico; audacia en la sardina ahumada con manzana, orégano y apio-nabo; carnosidad y punto en el bogavante sobre guacamole de mango y emboque seductor en el arroz verde de mar, un trampantojo concebido con granos de calamar. Son las sucesivas dosis previas a platos en plenitud, como la ventresca de lubina con chutney de ruibarbo y hoja de ostra o el pichón de Bresse con setas de ahora, un prodigio de producto y tacto culinario que evidencia oficio.
Y además
Apuntes destacados
Como Bien cultural y Club social, el edificio no tiene identificación de restaurante.
Con vistas a cocina, una mesa privilegiada: la pecera.
María es Dominicana. Llegó en 2003 al office y ejerce de chef de cocina desde 2011.
Solo hay otra candidata a 3 estrellas Michelin: Fina Puigdevall, en Olot (Girona).
Juan Antonio Herrero, premio Wine Spectator, un sumiller solvente y propicio.
¿Evolución o revolución?
Ignacio Medina- 20/04/2012
Alta cocina vegetariana
Laura S. Lara- 13/03/2020
Club público; sabor privado
- 12/01/2005