Artículo: Los ricos nunca lloran
- Autor: Ignacio Pablo Rico
- Fecha: 23/02/2018
Ridley Scott adapta en forma de thriller dramático la estrambótica historia real del secuestro de John Paul Getty III.

- Género: Biográfica
- Fecha de estreno: 23/02/2018
- Director: Ridley Scott
- Actores: Michelle Williams (Gail Harris), Christopher Plummer (J. Paul Getty), Mark Wahlberg (Fletcher Chase), Timothy Hutton (Oswald Hinge), Romain Duris (Cinquanta), Charlie Plummer (John Paul Getty III), Andrew Buchan (John Paul Getty II)
- Nacionalidad y año de producción: EE.UU., 2017
- Calificación: No recomendada menores de 16 años
La historia del secuestro de John Paul Getty III por parte de la mafia, en la Italia de 1973, así como los episodios que continuaron a este sórdido suceso, se convirtió en una de las crónicas mediáticas más recordadas, por estrafalarias, del siglo XX. El realizador británico Ridley Scott, tras haber rodado Alien: Covenant, se atreve con una recreación de los hechos que bascula entre el drama y el thriller de marcada carga psicológica. Y es que, tomando como fuente de inspiración principal el libro homónimo de John Pearson, Scott se sumerge en un relato que ha recibido habitualmente un tratamiento anecdótico, con el fin de reflexionar acerca de una serie de cuestiones humanas y sociales que se derivan de las fricciones que se producen entre los personajes protagonistas.
Gail Harris es una madre divorciada que un día estuvo casada con John Paul Getty II, el hijo de John Paul Getty, el hombre más rico del mundo. El primogénito de ambos es un chico díscolo, amante de la mala vida, que una noche desaparece misteriosamente en Italia. Gail recibirá una llamada de los secuestradores, que piden una gran cantidad de dinero para liberarlo. Cuando ella recurra al millonario abuelo del chico, este se negará en redondo a pagar el rescate.
Y además
La sustitución de Kevin Spacey
En octubre de 2017 Anthony Rapp declaró que, siendo menor de edad, fue acosado sexualmente por Kevin Spacey durante una fiesta. Un aluvión de acusaciones llegaron después, convirtiendo a Spacey en persona non grata en Hollywood. Como consecuencia inmediata, Ridley Scott decidió volver a rodar los planos de este film en los que aparecía Spacey, sustituyéndolo por Christopher Plummer.